miércoles, 31 de diciembre de 2008

Iria: La verdad

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Abro los ojos.
Estoy en la cima.
Oigo, a lo lejos,
cómo se retuercen la herida,
cómo se agolpan, insaciables,
creyendo la realidad de mi vida.
Palabras huecas, torpes...y frías,
fangosos ecos del bar de la esquina.
Más les valiera pasear, vivir,
aprender a cocinar o practicar...
gimnasia pasiva.
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Clavo la bandera.Van a la deriva.
El agua pronto cubrirá
esas ansias de burda letrina.
¡Pero cómo llueve, mi amor!
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¡Qué alegría!
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