lunes, 30 de noviembre de 2009

Algo así como alalá


No pienso aullar.
Soy una ratita que ronronea alalás
con su lengua áspera y ajena,
lengua de gato que no obedece,
lengua que se ha enroscado en los bosques
con sus garras suaves y su piel de serpiente.
Ya lo sabes: buscamos la manzana mordida y nívea,
una patita blanca bajo la puerta de Aldara,
sin rastro de harina ni clara,
incluso el peine áureo de la xana
con sus cabellos de fina porcelana.
(Al fin y al cabo, alimento nidos
con mi pecho caliente,
sus alas señalarán el naciente, algún día)
Pero es difícil flotar entre las flores violetas
de un cadáver
añorando su belleza fría,
es difícil soñar entre las aguas intranquilas
del propio viaje:
hay luz y taquígrafos,
interrogantes que no quiero contestar,
todavía,
amores que duelen y me retrasan,
poemas que, como la propia vida,
a veces matan.
Tu delantal de flores, ratita felina,
es un capote de rabia contenida,
por eso no aceptaré, no, nunca, no,
aullido
como animal de compañía:
prefiero abrir la jaula
marmórea
de mi palacio real
a mi manera,
Sinatra,
siempre
a mi manera.
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sábado, 14 de noviembre de 2009

Marionetas

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Marionetas
en celdillas de plata.
Tras las ventanas extiende la ciudad
los blancos manteles del alba.
Somos el café de los sueños,
suspendidos en la escena
por el veneno del tiempo.
En la acera, una muchacha
de abrigo azul
se abre paso
a través del invierno.
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