miércoles, 31 de diciembre de 2008

Iria: Plastilina y melancolía, perfecta materia maleable

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La mirada poética
modelaba las primeras letras:
la vida enredada en aquella tela de araña,
el elefante de proverbial memoria,
la amorosa colonia frente al pecado de la iglesia,
el mundo observado por cada pequeño ojo,
y la jugosa uva proclamando el frescor de la carne.
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Platero tenía los ojos de azabache, como mi pelo,
recuerdo su color frente a tu barba y tus cabellos blancos,
aquella vieja foto con la tinta borrosa,
sin duda producto de las lágrimas
por la ausencia anunciada de tu sangre,
que hoy te devuelvo,
con la mirada manchada.
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Perfumaste con tu aroma juveniles trazos negros
que han dado paso a la flor de la palabra.
Mece la niebla, aliviando nuestra esperanza.
Crecen tus cenizas, cada vez más blancas,
brotan primaverales en mi garganta.
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Iria: Vaticinio

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Una ambulancia,
ahí va ya otro muerto.
Hoy no quiero ser más
que un no lo sé,
no hay réplica,
sólo vaticinio.
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Vamos, ven,
ayúdame a morir,
a ser simple y llanamente
tierra,
porque decir tierra
es decirlo todo,
yo ya sé
que nada de lo que diga
puede ser escuchado:
eco del túnel
que ignora respuesta
en un tiempo exacto,
el lugar que me define,
a tu paso.
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Iria: As de guía

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Tu partida me entristece,
dejas hilado de corazón y dudas,
equívoco de sueños y palabras
donde no hay más que blancas alas.
No temas al laberinto,
no pienses,
sueña,
vence a la monstruosa ilusión
con plúmbea flecha,alza la cabeza y sangra,
cabalga el cielo,
y nunca, nunca, te arrepientas de nada:
no hay nada más bello que unir
el reflejo de tus ojos
con transparente agua.
El deseo es la belleza
de lo humano,
en su seno el recuerdo permanece,
el fuego precede a las cenizas,
y mi pecho arde.
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Iria: La verdad

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Abro los ojos.
Estoy en la cima.
Oigo, a lo lejos,
cómo se retuercen la herida,
cómo se agolpan, insaciables,
creyendo la realidad de mi vida.
Palabras huecas, torpes...y frías,
fangosos ecos del bar de la esquina.
Más les valiera pasear, vivir,
aprender a cocinar o practicar...
gimnasia pasiva.
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Clavo la bandera.Van a la deriva.
El agua pronto cubrirá
esas ansias de burda letrina.
¡Pero cómo llueve, mi amor!
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¡Qué alegría!
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Iria: haiku

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Versos de amor,
el color de la tinta
mancha tus labios.
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Iria: Habladurías

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Arquitectura
de arañas,
puentes levadizos
sobre pilares
de arena
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Brilla el cristal de los relojes
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Quién sabe
dónde andarán
tus ojos,
en qué momento
regresarán
para no encontrarme
jamás
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La imposibilidad de olvidar
aquello que no existe:
el recuerdo
.o
las
ruinas.
de
uno
mismo
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Espesa niebla,
humo y asientos
calcinados.
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Caminos de ceniza
que recorremos
sin buscarnos.
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Dicen por ahí que el amor
es
siempre
un milagro:
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tormentas de verano,
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rumores que trae el mar,
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cantos de sirena,
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que retuercen
mi mano
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Iria: El sitio de mi recreo

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La frágil cueva de marfil
esconde un pequeño corazón humano.
Vibrantes estalacticas armónicas
dominan el valle de luciérnagas.
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Eres el perfil del lamento,
la música victoriosa
en la rotura del cuerpo.
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Chico de barrio
con el alma entre los dedos,
transparente adicción
traspasando las venas del silencio.
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Tú sí que eres
el sitio de mi recreo.
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(Dedicado al músico Antonio Vega)

Iria: Frívola

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Burocracia del sentimiento.
Donde no cabe más que la resignación
ante la espectacular metáfora de la vida.
No esperes encontrar una explicación
dentro de la mirada que nos une,
todo primorosamente prefabricado
y listo para consumo.
Sin embargo yo puedo sentir lo que quiero,
¿no es eso?La estética de la transgresión todavía vende,
y es un buen mercado.
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Yo sé que algún día dejarás de contar,
entonces podrás saborear la fruta prohibida
y apagar el fuego de los dioses,
se cumplirán tus sueños
y el programador vital
será recompensado por sus logros
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La inercia es la trampa de nuestro sino
y el engaño soy yo
¿Acaso crees que te miro?
Ni siquiera te has dado cuenta
de que han asfaltado nuestro destino.
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Burocracia del deseo
Vida que no te obedece
porque ya sólo es la imagen
del dulce y publicitado camino.
Mañana desayunaré
con la insolidaria muerte de un niño chino,
me vestiré de producto apetecible
y lloraré un rato.
Sienta bien el desconsuelo,
hace juego con el negro de mis zapatos.
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Me venderé,
mala prensa da ser ingrato.
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....
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Me aturdes
Estoy cansada
Hoy dormiré como una reina
¿A quién le importa?
Caro, todo es demasiado caro.
Cierra los ojos,y pega el salto.
Yo no estaré,
esperándote,
allá abajo.
Lo siento mucho,
me es imposible,
mañana...
trabajo.
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Iria: Marea

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¡Marea
sangrante de amarte!
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No
es el miedo,
es el vértigo
de saberse
otra vez
distinta,
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sola,
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torpe,
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lenta,
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pero
plena
hasta
el infinito...
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Iria: Desgarro

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"Un hombre pasea por un pueblo de Murcia con la cabeza de su madre en la mano después de decapitarla".
15/4/2008 en La Voz de Galicia
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"Madre, vengo a buscarte"
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Cinco golpes secos han pregonado
los aullidos del aire,
guardo tres cruces de llanto
sobre el blanco filo de tu almohada.
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"Madre, debes marcharte"
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Un pájaro de vuelo apresurado
oscureció la tarde,
fría plata de espanto
en los brazos de tu propia mirada.
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"Es la vida, madre, quien te desgarra"
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Beso tus ojos.
Ahora descansa.
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Iria: Oquedad

"En min mesma moras"
. ....Rosalía de Castro
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"Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos"
..................... Ángel González
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Echaré de menos
estos días
en los que dejo
el cuerpo a un lado,
y me entrego a la locura
de un amor extraño.
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Tu vacío me conforma.
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Eres la cavidad
que acaricia mi mano,
el molde frágil
de estos dulces sueños...
¡Por qué no se detendrá,
ahora,
el tiempo!
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Iria: Certeza

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Yo sé que algún día
tendré que besarte,
a pleno sol,
por la tarde,
como si fuésemos dos furtivos amantes.
Abriremos nuestra carne,
me calzaré unos pies,
surgirán los brazos,
se interrogarán nuestros besos
sobre la desnudez de los años.
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Amor,
leeré los signos de un viaje
que desconozco,
y tú descubrirás que los cuerpos
no son todos iguales.
Y surgirá el dolor,
la culpa,
el reloj,
la amenaza,
las ausencias,
la balanza.
Yo sé que un día vas a besarme,
prométeme que sólo querrás...
saciarme.
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Iria: Ciento volando

(Fue siempre como un pájaro, y al fin voló)
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Hoy he decidido hilvanar tu vida,
coser pequeños trozos de tela a mi vestido,
airear las sábanas al sol de la ventana,
y confeccionarte una capa
con antiguos retales sobados por el tiempo.
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No llevas corbata
No tenemos
Permíteme que te preste mi bufanda
Está tejida con aquellas lágrimas
que no podía encontrar
¿Te acuerdas?
Las había guardado con las flores,
en el mes de mayo,
aquella tarde en la que tú,
solamente tú,
abrazaste el inútil deseo
de volar
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Iria

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Él sobrevive.
No desaparecerá su aleteo frenético sobre vuestras cabezas,
no se exaltarán la compasión y la cordura,
no se impondrá el silencio delante de la estatua ideal,
mientras sigan flotando plumas en el viento.
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Olvidáis las heridas hechas de palabras,
olvidáis el dolor y la fragilidad del cristal,
la soga anclada a esta tierra,
una voz, esas uñas, mi pelo,
aquel corazón, esta voluntad,
nuestra memoria.
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Olvidáis el bendito hierro.
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Iria

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Golosa piel,

deliciosa manzana,

crecerán los días y las palomas,

regresará mi voz a tu ventana

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martes, 30 de diciembre de 2008

Iria: La noche suena

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La noche suena.
Las estrellas, caprichosas,
se posan en el tejado,
revolotean sobre nuestras cabezas
como las secas hojas de los árboles,
deseando los charcos sucios,
las botas infantiles,
las risas que chapotean
bajo la lluvia gris.
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La noche suena.
Hace frío.
El otoño se esconde
entre el verde musgo de los sueños,
asustado por las telarañas de luz
que cuelgan de la ventana.
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La noche suena.
Hueles a libro nuevo.
Te abro y escribo mi nombre.
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La noche suena.
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lunes, 29 de diciembre de 2008

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Guarda tus versos en el cajón de los calcetines.
Duerme tranquila,
tu madré fingirá no haberlos leído.




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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Monumento a la imbecilidad y a las moscas

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Yo era niña de moscas sin alas, disfrutaba observando sus movimientos, asegurándome de que nunca podrían ir más allá del recinto del parque, por mucho que se escapasen de su pequeña caja de cerillas.
Ahora ya sé que no podré reconstruir mi infancia, pues en los centros comerciales no venden moscas, no saben de medias rotas y uñas negras, de ranas abiertas en canal, de la inmensa felicidad de tener las rodillas en carne viva…Aquellas bellas moscas se ofertan ahora en las postales de Unicef, besando bocas hambrientas que surgen de cuatro huesos en tienda de campaña. ¡Qué poca consideración!
Mi campaña es diferente, más navideña, engullo sopa arrastrando grandes bolsas de basura entre la riada de color. Mi espíritu sonríe limpio, como el brillante metal de las cucharas.
Mañana puedo ir a cazar grillos con los niños, tienen menos connotaciones negativas, y además, ya no vuelan. No tendrán que arrancarle las alas. Los niños a veces son muy crueles. No pueden comprender que esas cosas no se hacen. Y menos en Navidad, donde todo cambia. Felicidades.
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viernes, 5 de diciembre de 2008

Ítaca


Qué buscábamos, dime, quienes éramos,
cuando las risas giraban en torno al baile de estrellas,
y el enjambre de bares amortiguaba
la desoladora quietud del muelle.
Entonces bordábamos con nuestras manos
bellos estandartes de furia,
de las señales se creaban banderas,
blancos y puros lienzos
que delimitaban incontrolables horizontes.
Cuéntamelo al oído, hospiciano faro,
dime quién era yo, dónde estábamos,
en qué momento se apagaron las luces y nos marchamos,
esquivando arrugados charcos con brillantes zapatos nuevos.
He soñado con el rompeolas, y tú, desde el mar, me sonreías…
Mis ojos guiaban entonces tu callada luz hasta la arena.
Es necesario morir.
Dame tu mano.
Gritemos hoy, al fin, y por última vez: tierra.
Los cuerpos son siempre devueltos por el mar
¡Tierra!




sábado, 29 de noviembre de 2008




Arco de lluvia,
soledad del poeta,
nadie te escucha.



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