Atesoran los surcos de mi mano, trébol de niebla húmedo que engalano con láureo deseo soberano, dulces aromas negros del solano, pues conmigo va cuanto pierdo y gano, lo que está vivo, lo que sueño y emano, lo que busco, lo que tengo y lo que amo, la lealtad o el arte son mi reclamo.