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Me conmueves,
siempre falta la otra,
la que nunca fuiste,
la incompleta.
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Yo adoro la compasión,
el becerro de oro,
una lástima,
muerde pero vive,
lucha,
demasiadas historias habrás leído,
tantos escenarios de lo mismo,
grita:
siempre mienten,
nadie se atreve a decirte
la vida no es un ensayo general,
huele a naftalina,
la belleza tiene FIN,
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The end
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¿Para qué
haber sido póstumamente feliz
o felizmente desgraciada?
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El repertorio es amplio:
quieres ser la diosa en su ocaso,
la trágica víctima
(de labios pintados),
mas la orquesta
no interpreta para ti
su banda sonora,
ejecuta cómodos engaños,
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¿Cuándo,
dime,
cuándo dejaremos de pensar
en mágicas urnas de cristal
bajo este pálido mar
de apetitosas manzanas?
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