jueves, 2 de diciembre de 2010

Pertenencias

..
Por qué nace el deseo.
Los unicornios mueren
en la autopista
con la boca sangrando,
y hay un monstruo en el jardín
que come nombres.

Dónde ocultar
verbos manchados
de voz ardiendo,
si sus ecos de tinta
se arañan en la letra.

No quieras desatar
la maraña de seda
donde habita el poema.
Me pertenece
.
.

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