miércoles, 21 de abril de 2010

Saucix alba


He soñado con el sauce del parque:
reconozcamos que nacía allí
la adolescencia lánguida,
esa premura de agua
en las raíces mudas.
Fermentaba su blanca savia adentro,
crecía bajo el manto del arroyo
en hilos transparentes, junto a peces
cristalinos en acuarios del sol.
Tú eras quien escuchaba
con abandonado rumor de pasos
su arpa escalada en vientos,
la llamada del tallo
con fresca voz de sombra,
pues cuando llama el sauce
callan los automóviles redondos,
se detienen las letanías diarias,
suspende el vuelo ágil cualquier gorrión
para escuchar lo que cuentan sus ramas.
Si las oyes, amor,
ven, resguárdate en su habla.
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GGracias, Antonio, por tu ayuda
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