Bajo la lluvia
letreros luminosos
escarchan el asfalto.
A la luz de las lámparas
parpadean sus sílabas
de fría plata.
Conduce con cuidado,
pues cada palabra que lees
guarda un poema roto,
veneno en la raíz;
locura de alquitrán
para el que busca
por calles solitarias
su propio nombre.
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