.
Siento un altar encendido,
Siento un altar encendido,
un roce en el centro.
La palabra es una máscara
difícil de sostener,
una frontera íntima.
Sin embargo tú
bautizas mi rostro
con el trazo de la voz,
intuyes el capricho
de la blanca diosa,
su altiva fragilidad.
.
.
.